Serie presentada en la 53a Bienal de Venecia en 2009
En la era de los grandes medios de comunicación -cine, televisión, Internet- que muestran formas transitorias de comunicación, a menudo de manera muy estúpida y oportunista, vemos reaparecer experiencias artísticas interesantes de identificación emocional, incluso existencial. Cuando el medio tecnológico se transforma en un sentimiento de distancia y separación, ciertas prácticas del arte reaccionan buscando la inmersión física, la relación con las fuerzas latentes y las energías vitales de la Tierra, el impulso de lo antropológico primario.
Entre la pintura monumental y la escultura de madera, la experiencia de Philippe Pastor se desarrolla en una miríada de perspectivas subterráneas que van más allá de los aspectos efímeros de la sociedad actual. Abre una reflexión sobre las cuestiones de la comunidad y del medio ambiente, sin descuidar la relación endógena con la naturaleza, ni la interpretación simbólica de las cosas. Los grandes paneles que Pastor crea para el Pabellón del Principado de Mónaco recrean una especie de escena del drama cósmico “El cielo mira a la Tierra”. Parecidas a las imágenes de la Tierra tomadas por un satélite, estas escenas, articuladas como si constituyeran tres actos, nos hacen mirar una especie de caos, humano y natural, compartido en varios marcos temáticos: Naturaleza, Polo Norte, Contaminación. Los signos se refieren al “Polo Norte”, a los “Ciclones” y a la “Naturaleza desfigurada” respectivamente.
Giacomo Zaza, Extracto, Introducción al catálogo ” Philippe Pastor. El cielo observa la tierra”, en el marco de la 53a Bienal de Venecia, Christian Maretti Editore, 2009